Mi obra es el ser humano puesto de forma distinta, como un gran espectador de los sucesos y de sus vivencias, amores, esperanzas, temores, aciertos, interrogantes y desamores. Pasando por una aguda sensibilidad hacia la introspección de los estados más profundos, ya sea de sus simbolismos más oscuros y confusos o en sus exploraciones más racionales. Esto es matizando hondamente por la espiritualidad cuya presencia es constante tanto en la temática como en el color. Un camino para llegar a su propia verdad, a eso que “ES” cada uno para así Ha-vitarse uno en forma efectiva.

El trabajo pictórico en el espacio psicoanalítico me permite la introyección de mi más “INTIMA INTIMIDAD”, lo cual me invita a aplicar en las intervenciones sociales terapéuticas la pintura meditativa que consiste en desarrollar la capacidad que tenemos los seres humanos para simbolizar gráficamente nuestro interior y nuestra historia, hacer un reordenamiento de los conflictos en pugna, y así llegar al fenómeno de la curación a través de la catarsis.